ASAMBLEA PARROQUIAL DE ECOCEPAS

25 de febrero 2011

OBJETIVO: Los ECOCEPA’s, en un ambiente de oración y fraternidad, reflexionan sobre la necesidad de vivir en la comunidad parroquial y en los centros pastorales en un dinamismo permanente de reconciliación y se animan a integrarse en  PCP’s  y así,  preparar su aportación a la Asamblea Decanatal de ECOCEPA’s y animar a su participación.

ORDEN DEL DÍA:

4:30p.m. ANIMACIÓN Y RECEPCIÓN
5:00        BIENVENIDA
5:10        ORACIÓN INICIAL

5:40        GRUPOS: Formar 9 equipos
             1)      compartir algo de lo que experimentaron durante el momento de oración.
             2)      leer  uno de los siguientes textos
            1,2,3: EL ESPÍRITU FRATERNO DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES
            4,5,6: LA UNIDAD DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS
            7,8,9: LA HERMANDAD PERFECTA
             3)      Responder a las preguntas:
            ¿Qué nos dice este texto en nuestra vivencia de ECOCEPA’s?
            ¿Por qué en nuestro centro pastoral tenemos que vivir  “reconciliados”?

             PLENARIO

6:30        DESCANSO
6:50        ANIMACIÓN
7:00        INFORMACIÓN DE PCP´s:
              · Por equipos leen toda la información de la creación de las PCP´s y las dudas que tengan, las         preguntan en plenario.
              COMPLEMENTACIÓN: escuchar las dudas y aclararlas con una breve explicación 

7:40       AVISOS
8:00       ORACIÓN FINAL



material a utilizar:
ORACIÓN INICIAL:


HOY ME QUIERO RECONCILIAR CON MI FAMILIA (Oración de reconciliación)

INTRODUCCIÓN
1. Las experiencias más profundas de PAZ vienen de la RECONCILIACIÓN.
Cuando somos capaces de  pedir perdón y de perdonar, Dios nos regala una profunda paz en el corazón.
            El día de hoy nos vamos a disponer a perdonar y a pedir perdón. Vamos a invocar al Espíritu Santo, para que como dice la Escritura, nos dé un corazón de carne y nos quite el corazón de piedra.

2. Si es posible, formemos un círculo, y en medio pongamos una vela encendida y una imagen de la Sagrada Familia de Nazareth. Trataremos de crear un clima de silencio y de oración que nos permita “entrar en nosotros mismos” y abrirnos al amor de Dios. 

            El coro ayuda este momento con un fondo musical, el instrumental, suave, que propicie un ambiente de oración.

A. PERDONANDO A MI PROPIA FAMILIA
El coordinador irá leyendo de manera pausada esta guía. Dará tiempo para que cada uno pueda perdonar y pedir perdón en silencio, y dará el espacio para que los que quieran puedan hacer en voz alta su oración. 
El coordinador lee:
• Padre Bueno y Misericordioso, en este momento de oración queremos abrir nuestro corazón a tu misericordia. Concédenos la gracia de perdonar a quienes en nuestra propia familia nos han lastimado. Sólo Tú sabes lo que hay en el interior de cada uno de ellos, sólo Tú sabes la historia de amor y sufrimiento que cada uno de ellos tiene. Por eso, hoy no quiero reclamarles nada, ni tampoco quiero juzgarlos, sólo quiero conceder el perdón.
• Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi papa….
o Por aquella palabra, aquel grito que me lastimó en mi infancia o adolescencia….
o Por aquel regaño o maltrato que me dio sin haberme escuchado….
o Por aquella agresión que me hirió física y emocionalmente….
o Por el tiempo que no me dedicó…. por las veces que no quiso jugar conmigo… por las veces que no se interesó por lo que sentía….
o Por aquellas situaciones y acciones que me hicieron tener miedo… por aquellos momentos que me hicieron llorar….
o Te perdono papá por aquel momento  que tal vez tu no recuerdas, pero que dejó en mi un dolor que todavía hoy tengo….
o Hoy te perdono papa de todo lo que de alguna manera me lastimó… Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio contigo, te perdono de todo corazón…..

• Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi mamá…
o Por aquella palabra de ternura y amor que no me diste cuando más lo necesité…
o Por aquellos regaños, que buscando mi bien, fueron muy duros y me lastimaron…
o Por aquellas ausencias que me hicieron sentir la soledad…
o Por aquellos momentos en que no sentí tu comprensión y apoyo…
o Te perdono por aquella  situaciones en que tuviste preferencias por mis hermanos y que marcaron mi vida hasta el presente…
o Por las veces que no pudiste transmitirme el amor y la confianza en mi persona…
o Hoy te perdono mama de todo lo que de alguna manera me lastimó…. Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio contigo, te perdono de todo corazón…..
• Dios de amor, hoy quiero perdonar a mis hermanos y hermanas…
o Por aquellas peleas y palabras de la niñez que de alguna manera me lastimaron y nunca hemos podido platicar...
o Por la envidias que en distintos momentos no me han dejado ser feliz....
o Por aquellos momentos en que se aprovecharon de las preferencias de mis papás para hacerme sentir menos...
o Por aquellas acciones y actitudes que me hicieron sentir solo y sin su apoyo...
o Por las veces que, a propósito, no fui incluido por ustedes y me sentí aislado y no tomado en cuenta...
o Por las agresiones de palabras  y actitudes que me han impedido sentir una verdadera fraternidad...
o Hoy te perdono hermano / hermana de todo lo que de alguna manera me lastimó…. Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio contigo, te perdono de todo corazón…

• Padre bueno, que nos enseñas a perdonar siempre, como el Padre misericordioso de la parábola perdonó a su hijo,  queremos perdonar a nuestros hijos:
o Por aquellos momentos en que no han querido escucharnos.
o Por las veces en que han dado más  importancia a sus amigos sin importarles compartir con nosotros sus alegrías y sus tristezas.
o Por el poco interés que muestran en ayudar para que nuestra casa y nuestra familia sea cada vez más bonita.
o Por la ingratitud, cuando son incapaces de reconocer el esfuerzo que hemos hecho por ellos y no se atreven a decir siquiera… gracias.
• Dios de amor, también  hoy quiero perdonar a  otros miembros de mi familia, tíos, abuelos, primos...
o Por aquellos momentos, situaciones, palabras y acciones, que voluntaria o involuntariamente, me hirieron, lastimaron y han afectado mi vida....
o Hoy los perdono de todo lo que de alguna manera me hirió…. Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio con ustedes, les perdono de todo corazón…

B. PIDIENDO PERDON A MI PROPIA FAMILIA
El coordinador irá leyendo de manera pausada esta segunda parte de la guía. Dará tiempo para que cada uno pueda pedir perdón en silencio, y dará el espacio para que los que quieran puedan hacer en voz alta su oración. 

El coordinador lee:
• Padre de Amor y de Bondad, también quiero abrir mi corazón para pedir perdón. Quiero dejar a un lado el  orgullo y reconocer que no siempre he puesto lo mejor de mi en beneficio de mi familia, y por eso, hoy les quiero pedir perdón. 

• Dios de amor, hoy queremos pedir perdón a nuestros hijos:
o Por la poca prudencia que hemos tenido al tratar nuestras diferencias delante de ustedes…
o Por el tiempo que hemos dado con gusto a otras actividades y que les hemos negado para convivir y estar cerca.
o Por las discusiones inútiles, en las que no encontramos soluciones o acuerdos sino imponer nuestro propio criterio.
o Por la impaciencia, cuando siendo niños les hemos exigido respuestas de adultos.
o Por el descuido al no acompañarlos oportunamente en su proceso de crecimiento dejando toda la responsabilidad de su educación a la escuela.
o Por los momentos en que no hemos sabido controlarnos y hemos querido imponernos recurriendo a la  violencia, con gritos o con golpes.
o Se pueden añadir otras peticiones de perdón… espontáneas.
• Papá, mamá, hermanos y hermanas, hoy les pido perdón de todo corazón....
o Por aquellos momentos en que no he sabido valorar su trabajo y su esfuerzo....
o Por las veces en que los he criticado injustamente...
o Por todas aquellas ocasiones en que no he sabido reconocer todo lo que han hecho por mi bien...
o  Les pido perdón por mis palabras que los han ofendido y lastimado...
o Les pido perdón por mis actitudes que los han hecho sentir culpables...
o Les pido perdón por mis omisiones, por todo el bien que pude haberles hecho y no lo hice...
o Les pido perdón por no amarlos más...
o Les pido perdón por todas aquellas ocasiones en que he buscado de manera egoísta mis propios intereses sin tenerlos en cuenta a ustedes...
o Perdónenme por no ser la hija (o) y el hermano (a) que ustedes se merecen...
o Perdónenme por todas aquellas  veces que no he querido y no he sabido corresponder a su amor...
o Hoy tengo que reconocer con  humildad que necesito pedirles perdón, y decirles en mi corazón que los quiero mucho....

C. AGRADECER A DIOS LA FAMILIA QUE ME DIO.
El coordinador irá leyendo de manera pausada esta tercera parte de la guía. Invitar a todos a dar gracias por todo lo que hemos recibido de nuestra familia. 
• Gracias Padre bueno por la familia que me has regalado...
• Gracias por todo lo que he recibido de ellos....
• Gracias porque lo que hoy soy, se lo debo en gran parte a mi familia...
• QUE CADA UNO DE GRACIAS A DIOS DE SU PROPIA FAMILIA....
Terminemos esta oración rezando el  Padre nuestro, tomados de la mano, sabiendo que nuestra comunidad también es nuestra familia.

Texto 1
EL ESPÍRITU FRATERNO DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES
El espíritu que animaba a aquellas comunidades cristianas está reflejado en los consejos que les daban los apóstoles en sus cartas.
Recomendamos la lectura y comentario de las siguientes citas: 1 Tes 4 y 5; Rom 12 al 14; Ef 4 al 6; Col 3 y 4; 1 Cor 13.Y las cartas de Santiago, primera de San Pedro y primera de San Juan. Estas lecturas pueden ser motivo de provechosas reuniones de base.

A continuación copiamos algunos de los consejos de San Pablo. En ellos se nos muestra con claridad el espíritu que les animaba a vivir la hermandad.

Dice a los cristianos de Tesalónica:
"En cuanto al amor entre hermanos no tengo que escribirles, porque Dios mismo les ha enseñado a ustedes a amarse unos a otros. Y en verdad que lo practican con todos los hermanos que viven en toda la provincia de Macedonia.
Pero les ruego, hermanos, que su amor aumente todavía más y más" (1 Tes 4,9-10).
"Vivan en paz unos con otros.
Reprendan a los que no quieren trabajar.
Animen a los que están desanimados. Ayuden a los débiles. Tengan paciencia con todos. Tengan cuidado de que ninguno pague a otro mal por mal.
Al contrario, procuren ustedes siempre hacer el bien, unos a otros y a todo el mundo. Estén siempre contentos. Oren todo el tiempo" (1 Tes 5,13-17).

A los hermanos de Roma:
"Tengan amor sincero los unos para con los otros...
Deben   amarse   unos   a   otros   con   cariño   de   hermanos,   dándose   preferenci y respetándose mutuamente.
Esfrcense. No sean perezosos. Y sirvan al Señor con corazón ardiente. Vivan alegres con la esperanza que tienen.
Tengan paciencia cuando sufren. No dejen de orar siempre.
Ayuden a los creyentes en sus necesidades. Reciban bien a los que les visitan.
Bendigan  a  los  que  les  maltratan.  Pidan  por  ellos  bendiciones,  y  no  maldiciones.

Alégrense con los que están alegres. Y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros.
No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. Y no se tengan por ,sabios. No paguen a nadie mal por mal...
Hagan todo lo posible, hasta donde dependa de ustedes, por vivir en paz con todos"
(Rom 12,9-18).
"No se dejen vencer por el mal.
Al contrario, venzan el mal, por medio del bien" (Rom 12,21).

A los Colosenses:
"Tengan paciencia unos con otros. Y perdónense, si alguno tiene una queja contra otro.
A como Cristo les perdonó, así hagan también ustedes.
Sobre todo tengan mucho amor, que es lo que une y completa todas las cosas.
Y que la paz de Cristo dirija sus corazones, porque con este propósito Dios les llamó a formar un solo cuerpo.
Y sean agradecidos" (Col 3,13-15).

A los cristianos de Corinto les recuerda cómo debe ser el amor entre hermanos:
"El que tiene amor tiene paciencia. Es bondadoso y no envidioso.
No es presumido, ni orgulloso. No es grosero. No es egoísta. No se enoja, ni es rencoroso.
No se alegra de la desgracia de otro, sino de la verdad. Todo lo soporta con confianza, esperanza y paciencia. El amor nunca muere" (1 Cor 13,4-8).

Texto 2
LA UNIDAD DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

1. La última oración de Jesús en la cena de despedida había sido por la unidad de los suyos.
"Te pido, Padre, que todos ellos lleguen a estar perfectamente unidos. Q sean una sola cosa  en  unión con nosotros. A como tú estás en mí y yo estoy en ti. Que estén perfectamente unidos para que los demás crean que tú me has enviado" (Jn 17,20-21).

A hicieron los primeros cristianos. "Los que habían creído no eran sino un solo corazón y uno solo espíritu" (Hech 4,32). Ellos tenían conciencia de que formaban un solo cuerpo.

"Todos nosotros, seamos judíos o griegos, esclavos o libres, al ser bautizados hemos venido a formar un solo cuerpo, por medio de un solo Espíritu" (1 Cor 12,13).
"Al estar unidos a Cristo Jesús, todos seamos como una sola persona" (Gál 3,28).
"Aunque somos muchos, todos comemos del mismo Pan, que es uno solo. Y por esto somos un solo cuerpo" (1 Cor 10,17).
"No hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu. A como Dios nos ha llamado a una sola esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un Dios y Padre de todos, que está sobre todos, trabaja por medio de todos y está en todos" (Ef 4,4-6).

2. Cristo es la cabeza de todo este cuerpo unido que formamos los cristianos (Ef  4,15).  El  cuerpo  entero  es  la  Iglesia  (Col  1,24).  Y  cada  uno  de  los cristianos formamos una parte de ese cuerpo (Ef 5,30).

"Un solo cuerpo humano tiene muchas partes. Y no todas las partes sirven para lo mismo. A también nosotros, aun que somos muchos, somos un solo cuerpo en unión con Cristo. Y estamos unidos unos a otros como partes de un mismo cuerpo" (Rom 12,4-
5).

No todos tenemos el mismo oficio que cumplir. No todos servimos para lo mismo. Pero todos tenemos que estar al servicio de todos, lo mismo que cada miembro del cuerpo está al servicio de los demás miembros (1 Cor 12,14-30).
Este cuerpo formado por los cristianos, con Cristo como cabeza, es lo que se llama el Cristo
Total, o el Cuerpo Místico de Cristo (1 Cor 12,27).
Este Cristo Total tiene que ir creciendo poco a poco por medio del amor de unos a los otros (Ef 4,16). Hasta que lleguemos a la madurez propia del hombre perfecto, al completo desarrollo orgánico del "Cristo Total" (Ef 4,13).
Vivir como hermanos es construir el cuerpo del Cristo Total. Nos unimos unos a otros para que Cristo sea completo.

3. Este amor y esta unidad de hermanos era el mejor testimonio que podían dar de Cristo.
Jesús había dicho: "En esto se conocerá que ustedes son mis discípulos: en que de verdad se amen los unos a los otros" (Jn 13,35). Y así fue entre ellos. Su amor sincero de hermanos conquistó "la simpatía de todo el pueblo" (Hech 2,47; 4,21 y 33; 5,13).
Y a pesar de las muchas persecuciones, "las comunidades se hicieron firmes en su fe, y el número de creyentes aumentaba día a día" (Hech 16,5).



Texto 3
LA HERMANDAD PERFECTA
1. De  nuestra  lucha  por  la  hermandad,  acá  en  la  tierra,  depende  nuestra felicidad de hermanos en la otra vida.
Después de la muerte, Cristo nos va a preguntar hasta dónde llegó nuestro compromiso por los  que  tienen  hambre,  por  los  sin  techo,  por  los  desnudos,  por  los  enfermos  y  por  los encarcelados (Mt 25,35,36). Será un examen muy concreto sobre nuestra lucha a favor de la hermandad verdadera en el mundo. Allá no valdrán excusas ni espiritualismos.
El cielo es el fruto de nuestra lucha por la hermandad. Si en esta vida nos hemos dedicado a construir la hermandad perfecta, allá viviremos como hermanos para siempre.
No  nos  salvaremos  de  uno  en  uno,  de  una  manera  individualista.  Sino  juntos,  como hermanos, para vivir siempre en una hermandad perfecta. Somos responsables unos de otros.
No tendremos tampoco en el cielo una felicidad en la que estemos aislados unos de otros. Será la alega de un banquete de bodas (Ap 19,9).
No será tampoco una salvación idealista o espiritualista. No solamente se salvarán nuestras almas. Sino nosotros; nuestra persona completa.
Llegará el momento de la resurrección de la carne. Volverá a tomar vida todo lo que hay en nosotros de humano y de bueno. Cristo ha redimido a toda la creación, lo espiritual y lo material.
Quedarán vencidas para siempre las estructuras opresoras (Ap 17 y 18). Pero todos los adelantos y todo lo bueno que hayamos hecho en el mundo vivirá para siempre con nosotros. Perdurarán  nuestras  relaciones  familiares  y  nuestras  amistades.  Serán  eternizados  todos nuestros actos de amor.
La felicidad celestial será una felicidad tan humana, que toda la creación participará en ella
(Rom 8,19-22).

2. Cristo nos espera allá. Él fue primero a prepararnos un lugar (Jn 14,2-3). Es nuestro  Hermano Mayor (Rom 8,29), que quiere que seamos felices para siempre junto con Él (Jn 16,22-24; 17,24; 1 Tes 4,17).

El  cielo  es  el  Cuerpo  Místico  de  Cristo  en  su  medida  definitiva.  En  esta  vida  vamos construyendo poco a poco el cuerpo del Cristo Total (Ef 2,20-22; 1 Cor 3,9-16). Cuando triunfe totalmente el amor en el mundo, entonces habrá terminado ya la creación. Cuando lleguemos a la perfecta hermandad. Cuando Cristo consiga que "Dios sea todo en todos" (1Cor 15,28).
En el cielo se cumple a la perfección la antigua promesa: "Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo"  (Jer 3l,33). Dios será el verdadero centro de nuestra vida. Y así todos llegaremos a ser verdaderamente hermanos.
Para amarnos de verdad tenemos que conocer bien mo nos ama Dios. Por eso lo en el cielo  nos  amaremos de verdad. Porque lo allá conoceremos a fondo hasta dónde llega el amor de Dios a nosotros.

3. San Juan nos describe así en el Apocalipsis nuestra vida eterna:
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido...
Y una voz que decía: Mira, Dios vive ahora entre los hombres.
Vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Y el mismo estará con ellos para ser su Dios. Les secará todas las lágrimas de sus ojos.
Y ya no habrá más muerte; ni habrá desgracias, ni lamentos, ni trabajo. Porque todo lo anterior ya ha pasado" (Ap 21,1-4).
"Ya no sufrirán de hambre ni de sed.
Ni les quemará el sol, ni les molestará el calor.
Porque el Cordero, que está en medio del trono, será su Pastor y les llevará a los manantiales de las aguas de la vida" (Ap 7,16-17).
"El que estaba sentado en el trono dijo: Mira, yo hago nuevas todas las cosas... Yo soy el principio y el fin, como las letras A y Z.
Al que tenga sed, yo le daré gratis del manantial del agua de la vida. Ésta será la herencia de los que salgan vencedores:
Yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos" (Ap 21,5-7).
"No se dará ya sentencia alguna de maldición.

El trono de Dios y del Cordero estarán allá, y sus servidores le adorarán. Le verán cara a cara y llevarán su nombre escrito en la frente.
Ya no existirá la noche. Y nadie tendrá necesidad de lámparas o luz de sol.
Porque el Señor su Dios les alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos" (Ap 22,3-5).

MOMENTOS DE:




EQUIPOS DE TRABAJO






POR COMUNIDADES
Cepeda



Santa María Acú

Cuch Holoch

San Antonio Sihó

























































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