Material a utilizar QUEMA DE HUANO



DESARROLLO DE LA QUEMA DE HUANO
1/Marzo  /2011:
 BIENVENIDA:Con Palabras alegres, se hace sentir a todos que se les esperaba y que se agradece su presencia.
Inmediatamente se hace la presentación del objetivo de la reunión:

CANTO: DA LA MANO A TU HERMANO..

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS: Tomada del Santo Evangelio de S. Mateo 6, 1-6 ; 16-18  (Es el Evangelio del miércoles de ceniza)

 COMENTARIO:
            En este pasaje, San Mateo nos da tres ejemplos de cómo podemos encontrarnos con  Dios y así reconciliarnos con él y con los hermanos: actuar sólo para Él, sin querer que alguien lo sepa, y así tu Padre que ve lo secreto te premiará.
 Los que dan espectáculo. La expresión va a aparecer tres veces a propósito de las buenas acciones, de la oración y del ayuno. A menudo se traduce por "hipócritas" una palabra griega que se emplea aquí y que designa de manera mucho más amplia a los que buscan sólo aparecer, o que son superficiales y no quieren profundizar nada.
 Es difícil tal vez no actuar para los demás, pero es mucho más difícil hacer el bien sin mirarse a sí mismo; sin embargo, ese es el secreto que nos abre la puerta de la presencia de Dios.
La limosna y, en general, hacer el bien, es el primer paso para una reconciliación. San Pablo decía: devolver bien por mal.
El valor de la oración no depende de la cantidad de palabras, pues no es sólo repetición de fórmulas. Lo que da valor a la oración es antes que nada nuestra actitud interior de fe y amor a Dios. Debemos dirigir nuestro espíritu y nuestro corazón hacia Dios, Padre y amigo, que nos ama y está siempre esperándonos en lo secreto. Esta expresión no se refiere a lo que decimos a menudo, que Dios todo lo ve (lo que nos inspira muchas veces más temor que confianza), sino a su presencia íntima de la que los demás no saben nada.
Rezar no significa hablar mucho, ni querer imponer a Dios nuestra voluntad, negociando a través de promesas, sino dejar nuestra vida en las manos del Padre que nos ama.
Para reconciliarnos con él es preciso, en primer lugar, ser conscientes de nuestro alejamiento, de nuestra desobediencia, de nuestra necesidad de perdón. E, inmediatamente, reconociendo su misericordia y su amor, acercarnos como el hijo pródigo: “no merezco llamarme tu hijo”. El señor nos recibirá con los brazos abiertos y nos reconciliará con él.
También vemos cómo Jesús no justifica ni condena el ayuno: él mismo también ayunó (ver 4,2; 9,15; 17,21). Tan sólo afirma que el ayuno no tiene valor si buscamos el aprecio de los demás más que el de Dios.
 Todas las religiones han practicado el ayuno. Es una manera de llamar la atención de Dios, especialmente cuando nos caen encima grandes desgracias (Jl 2,12). El ayuno conviene a los que se sienten culpables y quieren mover a compasión al que los puede perdonar (Jon 3,8). También es un medio para domar nuestros instintos y estimular nuestras energías con el fin de disponernos para las comunicaciones divinas (Ex 24,28). El ayuno nos prepara para el proceso constante de volver a Dios,  ya que al fortalecer nuestra voluntad nos será más fácil permanecer en el camino de la conversión.
 La Biblia reconoce al ayuno como una manera de prepararnos al encuentro con los demás; los profetas afirman que el ayuno no sirve si no va acompañado de una actitud más comprensiva y más justa para con el prójimo (Is 58; Za 7,4).
Ayunar significa negarnos a nosotros mismos, dejar de pensar en nuestros intereses, gustos y comodidades. Esto abre nuestra vista hacia las necesidades de los demás, a sentirlos hermanos, a superar distancias y conflictos y reanudar el diálogo y la amistad.
 Algunas personas y algunos grupos sociales se sirven del ayuno como de un arma política para atraer la atención sobre sus pretensiones. Eso está bien, pero es algo muy diferente del ayuno de que habla Jesús, el cual va dirigido a Dios y no a la opinión pública (Mt 6,18). Implica, por parte del ayunante, una disposición interior de conversión y de pesar por sus propios pecados.
            Por eso hoy que nos reunimos a preparar la ceniza que nos servirá para recordarnos nuestro compromiso de fe en la Palabra, conviene  pensar que si hay algo que debemos buscar esta cuaresma es el olvidarnos de nuestro individualismo y recordar que somos parte de una familia, que debe estar integrada a una Pequeña Comunidad de un Centro Pastoral, parte viva de una parroquia y de una diócesis. Esto nos urge a trabajar constantemente juntos para lograr RECONCILIARNOS Y HACER REALIDAD el deseo de Jesús de ser uno como Él y su Padre son uno.
 ACTIVIDAD          
            ¿ Que debemos cambiar algo en particular de nuestra vida?. Cada quien lo  escribe en una papeleta para quemarlo junto con las palmas.

            Pensemos unos momentos qué tenemos que hacer o qué actitudes debemos de asumir hacia nuestros hermanos, para que este camino de RECONCILIACIÓN que hemos iniciado nos ayuden a celebrar como un solo cuerpo la gran fiesta de la Pascua de Resurrección.
     
        QUEMA DE LAS PALMAS:

 Terminada la reflexión y la elaboración de las frases, se invita a todos a ponerse alrededor del recipiente donde se quemarán las palmas, y se entona el Canto de Vaso Nuevo u otro.

Se motiva a todos para que en familia tomen su palma y la vayan depositando dentro del recipiente, cuidando de que se quemen completamente, después de depositar la mitad de las palmas se puede invitar a quemar las papeleteas.
            Una vez que se ha terminado de depositar las palmas y se van consumiendo, se les invita a los presentes a tomarse de la mano y rezar juntos la oración del Padre Nuestro.

            El coordinador u otra persona de la reunión recoge y cuela la ceniza para llevarla a la parroquia el miércoles de ceniza para la gran celebración comunitaria.

                  DESPEDIDA:

                            Hermanos lo que hoy hemos realizado es un sencillo acto que nos pide comunicarle a los demás hermanos de nuestras familias y vecinos,  que es necesario asumir el LA RECONCILIACIÓN, como un proceso constante y para toda la vida que no se limita a un momento o acto de piedad y que al caminar juntos nos facilitará el mejoramiento de las relaciones personales en familia y en el vecindario. Animemos a nuestras familias y a los demás vecinos a asistir el miércoles de ceniza a la gran celebración que será a las 7p.m.
















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